La visión afecta al rendimiento escolar. Es algo que ya conocíamos, pero ahora un estudio realizado por la Asociación Visión y Vida ha arrojado un dato de mucho interés para padres y profesores, el 32,6% de los niños de entre 6 y 12 años con bajo rendimiento escolar tiene problemas de visión. Esta investigación, que ha sido divulgada por Europa Press, añade, además, que el 29% de estos niños no ve bien la pizarra y casi el 50% se cansa al leer. Esto incide de forma directa en el aprendizaje del menor. El Instituto Oftalmológico Amigó tiene este dato muy presente, por lo que, en las revisiones infantiles, tratamos de descartar cualquier patología que afecte a su trabajo en clase.
El estudio cuenta con una amplia muestra, ya que ha recogido datos de más de 500 municipios de España, visitando más de 5.000 escuelas. Tanto padres, como profesores, deben estar muy atentos a cualquier signo de problema visual. Síntomas como los ojos muy irritados, dificultad para enfocar, picor o dolor de cabeza, deben hacernos sospechar que algo no va bien. El primer paso siempre es visitar al oftalmólogo. El especialista podrá realizar un diagnóstico certero y así indicar el mejor tratamiento.
Como ya hemos explicado en otras ocasiones, la vigilancia es esencial, ya que en muchas ocasiones nos encontramos con niños que no saben que significa ‘ver mal’, ya que no tienen con qué comparar. Sobre todo, en aquellos que padecen problemas visuales desde el momento del nacimiento. Normalmente la primera visita al oftalmólogo está indicada a los 3 años de edad. Evidentemente, si detectamos cualquier anomalía o sospecha debemos visitar antes al especialista.
Puntos a interiorizar por parte de padres y profesores
Desde el Instituto Oftalmológico Amigó queremos recordar, una vez más, algunos puntos que debemos tener siempre presentes:
1. Los defectos ópticos en el niño son diferentes a los de los mayores.
2. Los defectos visuales en los niños pueden afectar a su formación escolar y su relación social, así como a su vida profesional futura.
3. Las afecciones visuales de los niños continúan siendo insuficientemente conocidas por la población general.
4. Para que un niño alcance una visión normal por los dos ojos es necesario que ambos puedan ver correctamente desde muy temprana edad y de manera ininterrumpida hasta al menos los 8 años de edad.
5. Por lo general una primera revisión profesional a los tres años de edad esta siempre aconsejada. Ante cualquier duda la valoración por el especialista se impone.
6. Dioptrías son las unidades que se utilizan para medir el defecto óptico. ¿Se debe corregir con gafas siempre que el niño “tenga dioptrías”? La respuesta es un rotundo NO. La presencia de un pequeño número de dioptrías de hipermetropía con o sin una cantidad igualmente pequeña de astigmatismo no solo no es visualmente perjudicial, sino que resulta normal en un niño de corta edad y su ojo está perfectamente capacitado para compensarla y ver bien sin necesidad de gafas.
7. El estrabismo por sí mismo no afecta por lo general a la capacidad visual en conjunto del niño, aunque si suele afectar y profundamente a la de uno de ambos ojos. Este, de no corregirse puede quedar como ojo vago (ambliopía) de forma irreversible. El estrabismo además puede provocar un profundo impacto en la psique del niño y el adolescente afectando a su socialización y vida afectiva por lo que es muy conveniente corregirlo con gafas o cuando necesario con cirugía desde edades relativamente tempranas.